No cierres los ojos Akal

Mark Weisbrot | Fracaso

No fueron sólo el crecimiento de la burbuja y los desequilibrios entre los distintos países de la eurozona, como muchos economistas han señalado, los que llevaron a Europa por el camino de la recesión y el estancamiento prolongado. el problema estaba inserto en la estructura de la eurozona, y especialmente en el Banco Central Europeo (BCE), que aparecía como un banco central para todos los países miembros pero que no ha funcionado como tal. No ha sido un prestamista de último recurso para los países en crisis; a diferencia de los bancos centrales de los Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, no estaba dispuesto a usar su poder para crear dinero y estabilizar las economías de la eurozona en dificultades, y mucho menos para estimular una recuperación.

Todo este episodio debería haber sido una lección histórica sobre la importancia del control nacional y democrático de la política macroeconómica, o al menos para no ceder ese poder a personas e instituciones equivocadas. Pero debido a la labor de los medios de comunicación, no está claro que tales ideas hayan prevalecido. En cambio, se nos ha sometido en muchos informes y artículos a un raudal de falacias sobre una «crisis de la deuda» o «crisis financiera», en la que los mercados financieros y la deuda soberana aparecían como los principales problemas. Ahí es donde la educación pública sobre cuestiones macroeconómicas, o su ausencia, juega un papel vital.

Porque como veremos en las páginas que siguen, las autoridades europeas –y muy en particular el BCE– tenían la capacidad para someter a los mercados financieros en cualquier momento. En vez de hacerlo, se dedicaron a un juego de la gallina a cuatro bandas con los mercados de renta fija y de divisas y los gobiernos cuyas políticas deseaban transformar. Esto se prolongó durante dos años, pese a que en ocasiones amenazara la propia existencia del euro, hasta que el presidente del BCE, Mario Draghi, pronunció finalmente su famosa frase: «Dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente».

Y entonces, como por arte de magia, la crisis financiera se desvaneció y los intereses de los bonos de los países en crisis iniciaron una trayectoria descendente constante, sin que el BCE tuviera siquiera que materializar su amenaza. La forma en que Draghi puso fin tan fácil y rápidamente al componente financiero de la crisis europea debería haber provocado una agitada controversia sobre por qué no se había hecho antes, ahorrando a Europa un periodo adicional de dos años de recesión, cientos de millardos de dólares perdidos en la producción y la miseria de millones de puestos de trabajo perdidos. pero esa controversia nunca se materializó, por lo que su historia es, pues, parte de este libro.

Evidentemente, quienes estaban observando de cerca podían ver lo que estaba sucediendo realmente en las acciones, reacciones, declaraciones y decisiones de los funcionarios europeos durante los dos años anteriores. Las autoridades europeas –que incluían no sólo al BCE y la Comisión Europea, sino también al FMI– estaban aprovechando la crisis, poniendo la eurozona en repetidas ocasiones al borde de la crisis financiera, con el fin de obligar a los gobiernos a poner en práctica políticas económicas y sociales que los electorados de estos países nunca habrían votado. Existe un rastro de papel de miles de páginas para documentar los momentos de sinceridad por parte de funcionarios de la eurozona que fueron captados en el primer borrador de esta historia.

El texto de esta entrada es un fragmento de la introducción del libro “ Fracaso” de Mark Weisbrot.

Fracaso. Lo que los «expertos» no entendieron de la economía global

portada-fracaso-mark-weisbrot¿Cómo es posible que, a casi una década del comienzo de la crisis, la tasa de desempleo en la zona euro duplique aún la de EEUU? ¿A qué se debe la prolongada desaceleración económica que padecieron los países de bajos y medianos ingresos en las dos últimas décadas del siglo XX, y qué tuvo el Fondo Monetario Internacional que ver en ello? ¿Por qué América Latina ha sido capaz de lograr una reducción sustancial de la pobreza en el siglo XXI?

En «Fracaso. Lo que los «expertos» no entendieron de la economía global», Mark Weisbrot da cumplida respuesta a estas y otras cuestiones. Un brillante y descarnado trabajo de demolición de las políticas económicas que, orquestadas por organismos como el FMI o el Banco Central Europeo, han llevado a la miseria a millones de personas.

Mark Weisbrot

Codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR) en Washington, DC. Doctor en Economía por la Universidad de Michigan, es coautor con Dean Baker de Social Security: The Phony Crisis, y ha escrito numerosos trabajos de investigación sobre cuestiones políticas y económicas. Sus comentarios y artículos de opinión han aparecido en los principales periódicos de Estados Unidos y en muchos otros países, y aparece con frecuencia en programas nacionales e internacionales de televisión y radio. También es presidente de Just Foreign Policy.

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