La batalla colonial en Argelia

Artículo de La guerra desde 1900

La guerra ha sido el mayor catalizador de cambio en el pasado siglo: ha hundido imperios, ha desatado revoluciones y ha transformado la sociedad. En esta obra, prestigiosos historiadores militares internacionales aportan sus conocimientos colectivos y percepciones respecto a los trágicos acontecimientos que han dado forma al mundo moderno, desde 1900 hasta hoy.

La Asamblea Nacional francesa no admitió que en Argelia había habido una guerra hasta junio de 1999. Hasta entonces, se aludía oficialmente al conflicto como “operaciones de mantenimiento de la paz”. Argelia había sido conquistada por Francia en 1830. La diferencia con Indochina radicaba en el hecho de que los franceses se desplazaron allí para establecer un verdadero asentamiento de colonos. Además, fue dividida en departamentos, como Francia. Como se decía entonces, “Argelia es Francia” y hay que comprender la naturaleza de esos lazos para entender por qué la guerra fue tan brutal y tan amarga.

A lo largo del conflicto, el ejército francés –en contraste con la situación en Indochina– mantuvo  una importante ventaja numérica sobre el FLN (Frente de Liberación Nacional) y su rama militar, el ALN (Ejército de Liberación Nacional). Gracias al reclutamiento –otra diferencia con Indochina– las fuerzas francesas alcanzaron un máximo de 450.000 efectivos en 1957-1958, mientras que a comienzos de 1958 el ALN nunca contó con más de 50.000 hombres. Sin embargo, esta superioridad numérica nunca llegó a la tasa de 1:15, considerada esencial por los especialistas en la guerra revolucionaria para asegurar la victoria en una guerra de guerrillas.

La contienda se desarrolló en dos frentes, con combates en las ciudades y en campo abierto. La batalla de Argel es el ejemplo más conocido de la primera categoría. En enero de 1957, para contrarrestar la estrategia terrorista del FLN, que controlaba la Casbah, el gobierno cedió al general Jacques Massu el poder para mantener el orden público en el departamento de Argel. Consiguió desmantelar las redes del FLN/ANL, arrestando a varios líderes del FLN e incautando muchas armas escondidas y depósitos de explosivos. Se redujo considerablemente el número de ataques: de 120 en diciembre de 1956 a ninguno en octubre de 1957. El precio pagado, sin embargo, fue muy alto en términos morales y humanos. Un pequeño sector del ejército francés, con una actitud muy contraria a sus honorables tradiciones, se vio impelido, a causa de la cobardía de los políticos, a llevar a cabo una buena dosis de “trabajo sucio”, muy  especialmente a recurrir a la tortura, para obtener resultados.

Las operaciones militares en campo abierto asumieron varias formas. Aparte de perseguir a las unidades del ALN, una parte importante de la estrategia francesa fue sellar las fronteras. El objetivo era bloquear el acceso a Marruecos por el oeste y a Túnez por el este para impedir que llegasen hombres y equipos desde el exterior para el ALN. Se levantó la Línea Morice, así llamada por el ministro de Defensa francés, André Morice. Consistía en cañones que disparaban automáticamente cuando eran activados por el radar, redes paralelas de minas y vallas de alambre de espino electrificadas. A partir de enero de 1958, el ALN intentó devolver los golpes, pero sufrió pérdidas muy severas, sobre todo en el este, donde la “batalla de las fronteras” provocó casi 4.000 bajas y 600 prisioneros en cuatro meses. El mayor éxito operativo para los franceses, sin embargo, llegó con el llamado “Plan Challe”. En 1959 se encargó al mariscal en jefe del Aire Maurice Challe el mando general de las fuerzas francesas en Argelia. Se propuso eliminar todos los refugios del ALN en el interior del país, ya que su mera existencia representaba un obstáculo para la tarea, más pacífica, de “reconquistar los corazones”. Desde febrero de 1959 a abril de 1961 puso en marcha 13 campañas militares. Los resultados fueron espectaculares: la fuerza militar del ALN se redujo a la mitad. Los franceses estaban a punto de ganar la guerra, pero finalmente perdieron por la creciente oposición de Naciones Unidas al gobierno francés y el cambio radical de actitud hacia Argelia adoptado por el general De Gaulle, que volvió al poder después de la crisis política de mayo de 1958.

En total, casi tres millones de franceses se vieron implicados en la lucha en el norte de África. Las bajas francesas ascendieron a 21.291 soldados del ejército, caídos en acción o fallecidos por otras causas, 371 marineros y 487 soldados del aire. La estadística se completa con 1.000 hombres más (principalmente prisioneros muertos en cautividad), no incluidos en el cómputo. El ALN perdió entre 140.000 y 150.000 hombres. El número de bajas civiles no está claro. Tras la independencia, el FLN gobernante tendía a inflar las cifras considerablemente para tapar las masacres cometidas por sus seguidores. Incluso hoy, las estimaciones, que siguen basándose en las fantasías del FLN, oscilan entre 137.000 personas y 1,5 millones. Lo más probable es que las bajas civiles anduviesen entre 200.000 y 250.000. Además, después de declarar la independencia el 19 de marzo de 1962, desaparecieron 3.018 argelinos europeos, de los cuales 2.124 fueron ejecutados, a menudo en terribles circunstancias.

 

Esta entrada ha sido publicada en Historia y etiquetada como , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *