No cierres los ojos Akal

ARTURO NOAIN

“¡Juro por el Dios de mis padres, juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!”

Este solemne juramento fue pronunciado por Simón Bolívar el 15 de agosto de 1805. Una firme declaración de intenciones de un aristócrata caraqueño que con sólo 22 años se puso una meta en la vida, un acto simbólico al pronunciarse tan lejos de casa, en Roma, frente a la presencia de su maestro Simón Rodríguez. Desde aquel momento la historia tomará otro rumbo y pronto se creará la leyenda de El Libertador.

En La revolución bolivariana, nuevo título de la colección Revoluciones, el presidente Hugo Chávez analiza el pensamiento político de este gran líder protagonista en la lucha por la independencia de las colonias americanas. Comentando algunos textos clave de Bolívar, como el Juramento de Roma o el Manifiesto de Cartagena, Chávez destaca dos puntos fundamentales, quizá porque en ellos es donde más encuentra similitudes históricas e ideológicas. Los dos hombres demostraron que son capaces de rehacerse: la revolución de Bolívar tardó casi diez años en cosechar las primeras victorias tras sufrir varias derrotas que le obligan a actuar desde el exilio; Chávez tampoco lo tuvo fácil, pues tras el fallido golpe de Estado de 1992 pasó dos años en la cárcel, aunque finalmente se convirtió en presidente de Venezuela tras las elecciones democráticas de 1999. El otro punto que subraya el actual presidente venezolano es el espíritu antimperialista, una idea que sólo alguien como el uruguayo Eduardo Galeano es capaz de condensar en un solo párrafo de Las venas abiertas de América Latina:

“Ya Bolívar había afirmado, certera profecía, que los Estados Unidos parecían destinados por la Providencia para plagar América de miserias en nombre de la libertad. No han de ser la General Motors y la IBM las que tendrán la gentileza de levantar, en lugar de nosotros, las viejas banderas de unidad y emancipación caídas en la pelea, ni han de ser los traidores contemporáneos quienes realicen, hoy, la redención de los héroes ayer traicionados”

A pesar de que a Hugo Chávez le gustan los paralelismos con un héroe del pasado, la pregunta sigue en el aire: ¿realmente Venezuela vive una revolución bolivariana? Para responder esta cuestión, el periodista británico de The Guardian Oliver Balch recorre Latinoamérica y nos lo cuenta en su libro Tras los pasos de Bolívar. Inspecciona cientos de ciudades en más de diez países y, por supuesto, uno de sus destinos es Venezuela. Allí visita el pueblo donde creció Hugo Chávez, convive con el ejército chavista, conversa con trabajadores de las misiones bolivarianas y se encuentra con detractores del régimen.

Bach, lejos de ofrecer una aseveración rotunda, deja que los testigos hablen por sí mismos. En un mar de detractores y simpatizantes, entre luces y sombras, propaganda y hechos, al lector sólo le queda acudir a estos testimonios para sumergirse en la lectura de la historia y contrastarla con la actualidad venezolana.

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