Antón Semiónovich Makárenko. Poema pedagógico

Año 1920. Tercer año de existencia de la joven República de los Sóviets. La Guerra Civil todavía no ha terminado. La vida pacífica comienza a encauzarse. En este año, el Departamento de Instrucción Pública encarga al joven maestro Antón Semiónovich Makárenko (1888-1939) que organice en las cercanías de Poltava, ciudad del sur de Rusia, una colonia para delincuentes menores de edad que, posteriormente, recibió el nombre de colonia Máximo Gorki. Se reunió allí a niños vagabundos cuyos padres habían perecido durante los años de Guerra Civil, epidemias y hambre, a niños que el torbellino de la guerra había arrastrado por todos los caminos de Rusia. Su trabajo entre los niños vagabundos pronto pasó a ser el eje de la vida del joven maestro. Unos años más tarde, en 1927, Makárenko pasó a dirigir también la comuna infantil Félix Dzerzhinski, fundada cerca de Járkov.

En treinta años de actividad pedagógica –dijo de sí mismo Makárenko– viví 200.000 horas de tensión laboral y por mis manos pasaron más de 3.000 niños. Yo, pedagogo, he invertido los últimos quince años en la aplicación practica y el perfeccionamiento de un sistema de educación comunista. He creado para ello, con gran trabajo, una colectividad experta, que ha evidenciado la vitalidad de todas mis tesis.

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Antón Semiónovich Makárenko (1888-1939)

Makárenko forjó en su colonia a magníficos jóvenes, inteligentes, de alta moral y demandas y gusto estéticos elevados. Entregado a esa obra, creó su sistema pedagógico innovador, que le pone a la altura de los mejores pedagogos del mundo. Su gran talento de escritor le permitió exponer en forma literaria su teoría pedagógica, haciéndola patrimonio de la opinión mundial. Makárenko escribió novelas, obras de teatro y guiones cinematográficos, que componen hoy los siete tomos de sus obras completas. Son muy famosas sus novelas Poema pedagógico, Banderas sobre las torres y Libro para los padres. Las obras literarias de Makárenko ofrecen al lector interesantes cuadros de la vida soviética de los años veinte y treinta del siglo XX y, al mismo tiempo, le enseñan a pensar pedagógicamente y amplían sus horizontes y cultura educativos.

Makárenko invirtió diez años (1925-1935) en escribir el Poema pedagógico. «Es mi obra más querida», decía de esta novela en una carta a Gorki. La suerte de este libro es maravillosa: la vida continúa escribiéndolo. Los personajes del Poema pedagógico siguen viviendo fuera de sus páginas y son pedagogos, médicos, diseñadores de aviones, ingenieros, pilotos… Los libros que se han publicado en la URSS acerca de la vida de los educandos de Makárenko podrían llenar toda una estantería. A quienes lean el Poema pedagógico les agradará seguramente saber que el «incorregible» Hurón es hoy teniente coronel del Ejército soviético y que combatió como un héroe contra los fascistas en la Guerra Patria; que el colono Zadórov es ingeniero hidrólogo; que Vérshnev es médico e Iván Tkachuk, actor. Semión Karabánov, uno de los personajes más populares del Poema pedagógico, siguió el camino de su maestro, se hizo pedagogo y dirige hoy una gran institución infantil en las cercanías de Moscú. Estas vidas no son excepciones. Los educandos de Makárenko continúan la obra de su maestro.

La muerte se llevó muy pronto a Makárenko a los cincuenta y un años. En 1939, dejó de existir. Sus libros, y muy especialmente su Poema pedagógico, presentan al lector la imagen de un luchador, de un hombre público y pensador a quien Gorki dijera en cierta ocasión: «Es usted un maravilloso Hombre con mayúscula, un hombre de esos que Rusia necesita».

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Visita de Gorki a la colonia en 1928
Makárenko sentía una especial admiración por Máximo Gorki, vanguardia del realismo socialista, y reconoció que sus primeras nociones marxistas provenían de él y, tal fue su reconocimiento, que le puso su nombre a la primera colonia que administró, además de mantener un amplio intercambio de correspondencia.

Poema pedagógico

portada-poema-pedagogico-makarenkoPoema pedagógico continúa siendo una gran herramienta para aquellos que se interesan actualmente por la educación; además, presenta una excelente propuesta pedagógica para modificar la política asistencialista en la atención a niños de la calle: los educandos de la colonia Gorki aprendían a vivir y a sobrevivir dentro de una colectividad por medio del trabajo. Desde sus primeras páginas, esta obra cautiva al lector por su cercanía con la realidad, por las semejanzas entre los gorkianos y muchos de los chicos que se encuentran hoy en nuestra sociedad, que abrigan la esperanza de ser mejores personas. No dudamos que existen docentes, educadores y pedagogos que, al igual que Makárenko, dedican su tiempo al servicio de la educación con fervorosa pasión para transformar a sus educandos en seres humanos comprometidos con la sociedad, con ellos mismos y con la naturaleza.

A partir del esbozo de la obra de Makárenko, es posible comprender el porqué del título de la novela: este cobra sentido en la medida en que cada experiencia de aprendizaje está impregnada de sentimientos, al igual que ocurre en los poemas. La pedagogía no es sólo técnica y metodología, sino que también implica la observación del ser humano como un ser complejo, multidimensional, que implica emociones y sentimientos durante el proceso de aprender. En definitiva, Poema pedagógico constituye una obra muy valiosa dentro del campo de la pedagogía por sus aportaciones teóricas con respecto al proceso educativo, a pesar de haber sido escrita en la década de los años veinte del siglo XX.

Poema pedagógico – Antón Semiónovich Makárenko – Akal

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