El caso Dreyfus

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  • En contexto
  • Localización: París (Francia). Asunto: Acusaciones falsas.
  • Antes
  • 1431 Juana de Arco es juzgada por brujería y herejía y quemada en la hoguera por los ingleses. Después, tales cargos fueron desacreditados, y ella fue canonizada por los franceses.
  • Después
  • 1974 Gerry Conlon y otros tres hombres son condenados por error por el atentado del IRA en un pub de Guildford (Inglaterra). Fueron liberados en 1989.
  • 1984 Darryl Hunt es condenado erróneamente dos veces por el asesinato de Deborah Sykes en Carolina del Norte. Fue liberado tras casi 20 años de prisión.
  • 1999 La exmonja Nora Wall es injustamente condenada por violación en Irlanda, y cumple cuatro días de cadena perpetua hasta que se anula la condena.

En 1894, Alfred Dreyfus era capitán del ejército francés. Nacido en Alsacia, zona germanófona de Francia, era de origen judío. Lo que se conocería como el caso Dreyfus empezó cuando, en la embajada alemana en París, un espía francés descubrió una carta hecha trizas escrita en papel cebolla. Era una misiva detallada en la que un oficial francés anónimo se ofrecía a vender secretos militares.

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El capitán Alfred Dreyfus es escoltado hasta la prisión tras la injusta condena por traición de la que fue objeto en 1895 en París. Se le humilló arrancándole los galones del uniforme.

Las sospechas recayeron de inmediato sobre el capitán Dreyfus, que visitaba a menudo a su familia en Mulhouse, entonces en la Alsacia alemana. El servicio de inteligencia del ejército francés, la Section de Statistique, hizo examinar la nota por un grafólogo no cualificado, y este dictaminó bajo presión que la letra era tan distinta de la de Dreyfus que solo podía ser un intento deliberado de este por disfrazarla. Pese a tal afirmación, Dreyfus fue detenido. El caso despertó una ola de antisemitismo tanto entre los ciudadanos como en la prensa.

Sometido a un consejo de guerra, Dreyfus fue hallado culpable de revelar secretos a los alemanes, pero no se le permitió ver las pruebas en su contra. El gobierno se aseguró de que el pueblo de Francia fuera testigo de su humillación, obligándole a pasearse ante una multitud que gritaba «muerte a Judas, muerte al judío», y fue condenado a cadena perpetua en la isla del Diablo, en la Guayana Francesa.

Pruebas no concluyentes

Muéstrenme al menos las pruebas del acto infame que dicen que he cometido. Alfred DreyfusDesde el principio del caso, la sociedad se dividió en dos bandos: por una parte, aquellos convencidos de que Dreyfus era un espía; y, por otra, los que consideraban que se habían apresurado a la hora de juzgarle por ser judío. Dos años después de la condena de Dreyfus, el nuevo jefe de la unidad de inteligencia del ejército, Georges Picquart, descubrió pruebas que señalaban como verdadero traidor a otro oficial francés, el comandante Ferdinand Walsin Esterhazy. Picquart fue silenciado: enviado a los territorios de ultramar, se le encarceló sobre la base de pruebas falsas. Sin embargo, los rumores sobre la posible culpabilidad de Esterhazy se extendieron, y en 1898 fue sometido a un consejo de guerra secreto; fue rápidamente declarado inocente, y se le permitió huir del país. En este punto, el escritor Émile Zola hizo suya la causa de Dreyfus, y dirigió una carta abierta al presidente de Francia en la que razonó la inocencia de Dreyfus y acusó con valentía al ejército de encubrimiento y antisemitismo.

Segundo consejo de guerra

El diario parisino L’Aurore publicó el alegato de Zola en primera página, acompañado por un titular que rezaba «J’Accuse» («Yo acuso»). Zola quería que el gobierno lo detuviera y lo procesara para que los hechos del caso Dreyfus salieran a la luz. Su deseo se cumplió: fue acusado y condenado por difamación, pero, antes de ser enviado a prisión, se exilió en Inglaterra, desde donde siguió defendiendo a Dreyfus.

En 1899, gracias a la presión de Zola y otros intelectuales, a Dreyfus se le concedió otro consejo de guerra. Fue encontrado culpable de nuevo, pero esta vez, con «circunstancias eximentes».

Para salvar su imagen, el nuevo presidente francés Émile Loubet le ofreció a Dreyfus el indulto: sería liberado, con la condición de que no reclamara su inocencia, pero no sería readmitido en el ejército. Reacio a regresar a la isla del Diablo, Dreyfus escogió aceptar y volver a casa con su familia.

Dreyfus seguía siendo oficialmente culpable, pero los hilos de la injusticia empezaban a desenredarse. Al fin, en julio de 1906, un tribunal civil anuló el veredicto y rehabilitó plenamente a Dreyfus. Nunca fue absuelto por un tribunal militar, pero en el mismo lugar en que le habían despojado del uniforme y la espada, fue readmitido en el ejército, y en 1918 fue ascendido y condecorado con la Legión de Honor.

Consejos de guerra

Un consejo de guerra es un tribunal militar o marcial. Su existencia se remonta a la antigua Roma, donde tuvieron lugar algunos de los primeros juicios militares para mantener la disciplina en el ejército romano. En EE UU, los consejos de guerra son los tribunales más antiguos, ya que son anteriores a la guerra de la Independencia. En 1775, el Congreso de EE UU adoptó los Artículos de Guerra, basados en el código militar británico. En Gran Bretaña, durante siglos, la conducta militar fue regulada en casos convenidos de forma individual por el tribunal del alto condestable y conde mariscal, y no se instituyó una corte marcial permanente hasta 2009.

Los consejos de guerra son más comunes en tiempo de guerra, cuando se juzga la conducta en combate. El general Charles Lee fue juzgado por cobardía en la batalla de Monmouth en 1778, y durante la guerra de Vietnam lo fue el teniente William Calley, como responsable de la matanza de civiles inocentes en My Lai.

El texto y las imágenes de esta entrada son un fragmento de: “El libro del crimen”

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El libro del crimen – Akal

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