No cierres los ojos Akal

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La popular comedia estadounidense Modern Family, que trata de las vicisitudes, las tribulaciones y, en muchos aspectos, las vidas tremendamente comunes de tres familias contemporáneas emparentadas (la de Jay, un padre de mediana edad casado en segundas nupcias con una colombiana mucho más joven que tiene a su vez un hijo de un matrimonio anterior; la de la hija de Jay, una familia tradicional con un padre participativo y tres hijos; y la compuesta por el hijo gay de Jay, el compañero de este y la niña vietnamita adoptada por ambos) resalta los diversos modos de formar una familia en la actualidad. Aunque Modern Family es una parodia de la vida familiar de hoy en día, la realidad es aún más extraordinaria.

La tradicional familia nuclear compuesta por una pareja heterosexual con hijos biológicamente emparentados está ahora en minoría. Por el contrario, un número creciente de niños es educado por progenitores que conviven sin casarse, un padre o una madre sin pareja, padrastros y madrastras o progenitores del mismo sexo, y muchos de esos niños entran y salen de estas estructuras familiares diversas a medida que crecen. Lo más notable es que hoy en día es posible que un niño tenga hasta cinco «progenitores» en lugar de los dos habituales. Dichos progenitores pueden incluir una donante de óvulo, un donante de semen, una gestante subrogada (que lleva adelante el embarazo) y los dos progenitores sociales a quienes el niño llama papá y mamá. Los años recientes han contemplado también la emergencia de acuerdos de coparentalidad, por los que un hombre y una mujer que no mantienen una relación entre sí –que pueden vivir en diferentes casas o pueden haberse conocido por internet con el solo propósito de ser padres– crían un niño juntos. Estas verdaderas familias modernas constituyen el tema de este libro.

El ascenso de las nuevas formas de familia

Los cambios en la estructura de las familias se están produciendo desde la década de 1970. Mientras que a comienzos de esa década menos del 10 por 100 de las familias estaban encabezadas por un solo progenitor, esta cifra ha aumentado ahora hasta rondar el 30 por 100 tanto en Estados Unidos (US Census Bureau, 2012a) como en Reino Unido (Lloyd y Lacey, 2012a, b). El aumento de las familias monoparentales ha ido en paralelo al descenso de las tasas de matrimonio y al aumento de las tasas de divorcio tanto en Estados Unidos como en Europa (Amato, 2014; US Census Bureau, 2012b). Si bien las tasas de divorcio están descendiendo en la actualidad, las estadísticas de divorcio no ofrecen la imagen completa, porque carecemos de estadísticas oficiales sobre las tasas de separación entre parejas que no están casadas. En Estados Unidos y Europa, las parejas que no están casadas se han convertido en un elemento habitual. En torno a la mitad de los hijos de madres solteras nacidos en Estados Unidos corresponden a madres que conviven con el padre de los niños (McLanahan y Beck, 2010); los porcentajes de parejas son también elevados en Europa occidental (Wik, Keizer y Lappegard, 2012). En un examen sobre el estado civil de madres primíparas, solo el 59 por 100 en Estados Unidos y el 53 por 100 en Reino Unido estaban casadas, mientras que el 24 por 100 y el 31 por 100, respectivamente, vivían con su pareja de hecho y el 17 y el 16 por 100 no tenían pareja en ese momento (Amato, 2014). Se ha producido también un asombroso aumento en el número de familias reconstituidas en muchas sociedades occidentales. En el 40 por 100 de los matrimonios que se celebran en Reino Unido, uno o ambos cónyuges habían estado ya casados (Lloyd y Lacey, 2012a, b), y aproximadamente el 10 por 100 de los niños estadounidenses vive con un padrastro o una madrastra (Kreider y Ellis, 2011).

Las familias monoparentales, las formadas por parejas que no están casadas o las reconstituidas reciben a menudo el nombre colectivo de «familias no tradicionales», y resultan en gran medida de la separación o el divorcio de los progenitores y la formación de nuevas relaciones de hecho o matrimoniales. El impacto que para los niños supone el ser criado en dichas familias ha sido ampliamente estudiado (Golombok y Tasker, 2015, ofrecen una revisión de dichos trabajos). Sin embargo, el presente libro no se centra en las «familias no tradicionales», sino en las «nuevas familias». El término «nuevas familias» hace referencia a formas de familia que no existían o se ocultaban a la sociedad hasta finales del siglo XX, y que representan un alejamiento de las estructuras de familia tradicionales más fundamental que el de las familias no tradicionales, formadas por la ruptura de una relación y la formación de una nueva. Entre estas nuevas familias se incluyen las formadas por madres lesbianas o padres gays, las encabezadas por madres solteras por elección y las formadas mediante técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro (FIV) (in vitro fertilizacion [IVF]), la donación de óvulos, la inseminación con semen de donante, la donación de embriones y la gestación subrogada. Algunas de estas familias empezaron a salir a la luz con el crecimiento de los movimientos de liberación de las mujeres y por los derechos de los homosexuales en la década de 1970, y otras solo se hicieron posibles tras la introducción de la fecundación in vitro (FIV), en 1978.

Aunque las nuevas familias son distintas de las no tradicionales, no se excluyen mutuamente. No es inusual que las nuevas familias sean también familias no tradicionales: por ejemplo, cuando los progenitores de niños nacidos mediante donación de óvulos o semen se separan y vuelven a casarse para formar familias reconstituidas. A pesar del ascenso de las nuevas formas familiares, la familia nuclear tradicional sigue considerándose en general el mejor entorno para criar niños, y sigue siendo el patrón oro con el que se comparan todos los demás tipos de familia. Se asume por lo común que cuanto más se desvía una familia de la norma de familia tradicional formada por dos progenitores heterosexuales, mayores son los riesgos para el bienestar psicológico de los niños. ¿Pero es realmente así? ¿Tienen los niños menos probabilidades de prosperar en familias encabezadas por dos progenitores del mismo sexo, una madre soltera por elección o dos progenitores que los concibieron usando técnicas de reproducción asistida? ¿Y tendrán los niños concebidos por padres gays mediante donación de óvulos y gestante subrogada menos posibilidades de salir adelante que los niños concebidos mediante FIV por sus padres biológicos?

La respuesta a estas preguntas depende de la medida en la que estas nuevas familias difieran de las tradicionales en aquellos aspectos de la vida familiar que más afectan al desarrollo psicológico sano de los niños y, en especial, en la medida en la que proporcionen un entorno familiar que ofrezca menos apoyo a los niños. Antes de explorar la crianza y el desarrollo infantil en las nuevas formas de familia, es por lo tanto importante examinar los factores asociados con el desarrollo óptimo de los niños en las familias tradicionales. Las influencias de la familia en el desarrollo de los niños se conceptúan a menudo de acuerdo con tres componentes interrelacionados: el bienestar psicológico de los progenitores; la calidad de las relaciones filioparentales; y las características psicológicas del niño. Cada uno de ellos debe observarse en el contexto del entorno social en el que se asienta la familia.

Familias modernas. Padres e hijos en las nuevas formas de familia

portada-familias-modernasEn Familias modernas Susan Golombok sintetiza más de dos décadas de innovadora investigación sobre la crianza de los niños en las nuevas formas de familia: las de madres lesbianas, las de padres gays, las encabezadas por mujeres sin pareja o las formadas mediante técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro, la donación de óvulos, la donación de esperma, la donación de embriones y la gestación subrogada. En su labor, Golombok examina el contexto social en que crecen los niños y compara distintos modos de familia para dar respuesta a las preocupaciones planteadas sobre su correcto desarrollo. Sus hallazgos no solo desmienten mitos y suposiciones populares sobre las consecuencias psicológicas y sociales que tienen para los niños el criarse en estas nuevas familias, sino que refuta categóricamente las teorías establecidas sobre el desarrollo infantil que se basan en la supremacía de la familia tradicional.
El presente libro demuestra que la estructura de la familia no es decisiva para el bienestar de los niños ni define el cariño y el afecto que se les brinda.

Susan Golombok

Susan Golombok es profesora de Investigación familiar y directora del Centre for Family Research en la Universidad de Cambridge y Professorial Fellow en el Newnham College de Cambridge.

Su pionero trabajo en la investigación social de las familias no tradicionales en las sociedades occidentales está considerado como uno de los más prestigiosos del mundo y sus numerosas publicaciones son referencia obligada para todo especialista. Recientemente ha publicado Regulating reproductive donation (con R. Scott, S. Wilkinson, M. Richards y J. Appleby, 2015).

‘Familias modernas. Padres e hijos en las nuevas formas de familia’ en Siglo XXI Editores

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