No cierres los ojos Akal

engels-friedrichFriedrich Engels, teórico político y filósofo, nació en Alemania en 1820. Hijo de un próspero industrial y destinado a sucederle al frente de la empresa, estaba más interesado en la literatura y la filosofía, y antes de los veinte años escribió artículos con el pseudónimo de Friedrich Oswald que le dieron acceso a un grupo de intelectuales de izquierda.

Después de trabajar durante un tiempo en una fábrica de la familia en Mánchester (Inglaterra), se interesó en el comunismo. En 1844 conoció a Karl Marx y se convirtió en su amigo y mecenas. Redactaron juntos el Manifiesto comunista, y trabajaron hasta la muerte de Marx, en 1883, después de la cual Engels completó los volúmenes segundo y tercero de El capital y publicó muchos libros y artículos propios.

  • Enfoque: Explotación de clase
  • Fechas clave:
  • 1760 La mecanización de los telares británicos gracias a la lanzadera volante inicia la Revolución industrial.
  • Décadas de 1830–1840 El ferrocarril se extiende por Gran Bretaña, facilitando la movilidad de personas, bienes y capitales.
  • 1844 El Acta de Fábricas de Graham reduce a seis horas y media la jornada laboral de los niños de 8 a 13 años en las fábricas del Reino Unido.
  • 1848 Marx y Engels publican el Manifiesto comunista.
  • 1892 James Keir Hardie es el primer socialista elegido miembro del Parlamento británico.
  • 1900 Se funda el Partido Laborista británico para representar los intereses de obreros y sindicalistas.

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El legado de la industrialización

Durante su estancia en Inglaterra entre 1842 y 1844, el filósofo alemán Friedrich Engels pudo constatar los devastadores efectos de la industrialización en los obreros y sus hijos. La burguesía, o clase capitalista, es consciente de causar a los trabajadores «una vida de trabajo duro y miseria […] y no se preocupa más por el asunto». Engels aseguró que la burguesía se desentendía de su responsabilidad en la muerte prematura de sus obreros cuando estaba en su mano cambiar las cosas, y por ello la acusó de «asesinato social».

En la década de 1840, Gran Bretaña se consideraba el taller el mundo y gozaba de una posición única como centro de la Revolución industrial. Engels observó que el país vivía una transformación masiva y silenciosa que había trastocado a toda la sociedad inglesa. La industrialización había hecho que bajaran los precios, por lo que disminuyó la demanda de productos artesanales, más caros, y los trabajadores acudían a las ciudades, donde vivían en condiciones duras y económicamente inseguras. La economía capitalista industrial pasaba bruscamente de la bonanza a la crisis, y los empleos podían desaparecer de la noche a la mañana, mientras la burguesía se enriquecía tratando a los trabajadores como un recurso desechable.

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La situación de la clase obrera en Inglaterra

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Las familias obreras inglesas de la década de 1840 fueron víctimas de los efectos del capitalismo industrial: exclusión social, inestabilidad económica y terribles enfermedades

En su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, Engels describe las espantosas condiciones de vida de los obreros, o proletarios, en Mánchester, Londres, Dublín y Edimburgo, ciudades en las que observó situaciones similares: las calles sucias, con charcos de orina y excrementos; el hedor de la putrefacción de los animales de las curtidurías; los frecuentes brotes de cólera, junto con constantes epidemias de tuberculosis y tifus; las familias de obreros hacinadas en chozas de una sola habitación o en sótanos de casas húmedas construidas junto a antiguas acequias para ahorrar dinero al propietario. Eran unas condiciones contrarias a toda consideración de limpieza y salud, escribió Engels, y esto en Mánchester, la «segunda ciudad de Inglaterra y la primera ciudad manufacturera del mundo».

Los obreros debían trabajar hasta el agotamiento, vestidos con ropas baratas que no les protegían ni de los accidentes ni del frío. Solo podían comprar alimentos despreciados por la burguesía: carne en mal estado, verduras marchitas, un «azúcar» que no era más que el residuo de la fabricación de jabón, y cacao mezclado con tierra. Si perdían el empleo y el salario, incluso esta dieta miserable era inalcanzable. Muchos obreros y su familia pasaban hambre, con las consiguientes propensión a contraer enfermedades e incapacidad para trabajar en caso de que se presentase la oportunidad de ser empleados de nuevo. No podían pagar a un médico, y a menudo morían familias enteras de hambre. El obrero, explica Engels, solo podía obtener lo que necesitaba (vivienda salubre, empleo seguro y salario digno) de la burguesía, «que puede decretar su vida o su muerte». Engels insistía en que esta clase explotadora dueña del capital debía tomar inmediatamente medidas para cambiar las condiciones del proletariado y poner fin a este asesinato por negligencia de toda una clase social.

El texto y las imágenes de esta entrada son un fragmento de: “El libro de la sociología

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