Cualquier libro requiere un gran trabajo por parte de su autor: labor de investigación, horas de redacción, horas y más horas dedicadas a la revisión… Y si el libro es divulgativo el esfuerzo es titánico. Este esfuerzo queda recompensado en tanto que el público general agradece que le guíen en sus primeras lecturas, que le muestren los primeros pasos para luego poder profundizar en aquellas cuestiones que le interesen.
Transmitir una idea o un mensaje –y hacerlo llegar a todos los públicos– es una tarea muy complicada, sobre todo si es complejo o abstracto, si su contenido es elevado, como es el caso de la ciencia o la filosofía. Tan complicado es, que es difícil encontrar a autores capaces de ello. Solo pensar en intentar explicar de un modo asequible a cualquier lector las filosofías de Platón, Hegel o Kierkegaard, las aportaciones de Newton o Arquímedes o Hawking parece casi imposible para cualquier escritor, menos para aquello que son excepcionales, como es el caso de Paul Strathern (Londres, 1940).
Paul Strathern, físico, químico y matemático de formación y filósofo de profesión ha dedicado principalmente su labor a la divulgación de los grandes pensadores de la historia. En su serie «En 90 minutos», traducidas a más de 12 idiomas, ha hecho llegar al gran público el pensamiento de Sartre, Kierkegaard, Platón, Locke, Turing, Hawking, Crick, Watson, Arquímedes, Confucio, Leibniz, Maquiavelo, Foucault, Bohr, Einstein, Newton, Pitágoras, Derrida, Sócrates, Hegel, Nietzsche y un larguísimo ectétera realiza de un modo magistral la labor divulgativa que tan necesaria es para el progreso de conocimiento.
