Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos

 

Fragmentos del libro ‘Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos’:

Las privatizaciones suelen ser pan para hoy y hambre para mañana

portada politica geopolitica rebeldes irreverentes excepticosEn la primera década del siglo XXI, Suecia cayó en la fiebre privatizadora. El Estado obtuvo más de 11.000 millones de dólares por la venta de empresas públicas. En 2009, la Oficina Central de Deuda Pública sueca informaba que los 11.000 millones se habían evaporado y que, en 2010, el Estado tendría un déficit de 23.000 millones de coronas. Privatizar es como vender la casa para pagar las cuotas del televisor y el automóvil, terminando al final –luego de consumir el dinero recibido por la casa– perdiendo casa, televisor y automóvil. Los beneficios de las empresas estatales que antes ingresaban a las arcas del Estado por consumo de luz, agua, gas y comunicaciones, pasaban a engrosar los bolsillos de grupos minoritarios, hasta terminar depositados en paraísos fiscales. Como ingresa menos dinero en las arcas nacionales, el Estado busca resolver sus problemas de liquidez recortando servicios sociales y tomando préstamos, muchos de ellos a bancos privatizados que se quedaron con las empresas privatizadas. Cada préstamo aumenta la deuda pública, lo que obliga a más recortes sociales para pagar los préstamos, lo que lleva a pedir más préstamos,
lo que… Y así, colorín colorado, el sueño de las privatizaciones termina convertido en una pesadilla interminable, con un foso creciente de desigualdad entre las minorías plutocráticas y las grandes masas de desheredados.

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El valor geopolítico de Siria es muy alto

Es fundamental para la existencia de Hezbolá, la única organización político-militar musulmana que ha sabido enfrentar a Israel; es el único aliado árabe de Irán con costas en el Mediterráneo y única base naval de Rusia en este mar, además de ser el único Estado aliado de Moscú. Siria forma con Iraq e Irán el trípode de gobiernos de confesión chií en una región gobernada, de Turquía a Omán, por gobiernos suníes. Siria, en fin, –y este dato es relevante– según anunciara el presidente Asad en 2011, participaría en la construcción de un oleoducto que transportaría petróleo desde Irán e Iraq hasta el Mediterráneo, obviando a Turquía. Tal proyecto habría precipitado al gobierno turco a promover el derrocamiento del régimen sirio, por constituir un obstáculo al sueño turco de convertirse en núcleo central de las redes de oleoductos que llevarían petróleo y gas desde el Cáucaso e Iraq hasta Europa. Este hecho explicaría también el interés de EEUU, de bombardear las infraestructuras sirias de petróleo y gas. Una suma de datos hace pensar que, de no haberse revuelto el EI contra sus promotores, la guerra en Siria seguiría, pero por otros derroteros y con otros significados, de resultados aún más inciertos.

A principios de mayo de 2015, Turquía y Arabia Saudí alcanzaron un acuerdo para potenciar el apoyo a los rebeldes sirios, al que se ha sumado Qatar. Según distintas fuentes, sería el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien atendería directamente la situación en Siria. Lo cierto es que nadie explica la pasividad de los países occidentales antes las barbaries que viene perpetrando el EI, como no sea que el EI ha sido concebido con el fin de destruir al régimen sirio y arrinconar a los chiíes. Los datos sobre la duplicidad de políticas –decir en público que se quiere acabar con el EI y, en privado, apoyarlo– están a la orden del día. En enero de 2015, EEUU ofrecía entrenar al menos a mil rebeldes moderados sirios, lo que se haría en territorio de Arabia Saudí o Qatar, cuyos gobiernos han ofrecido su territorio para ese fin. El apoyo suní y de EEUU dio lugar a una ofensiva rebelde sobre las tropas del gobierno, que finalmente fracasó. Más fondos para entrenamiento de rebeldes antigubernamentales fueron aprobados en septiembre de ese año. Mientras Occidente marea la perdiz, el EI continúa, muerto de risa, perpetrando atrocidades infinitas en los territorios que ocupa. Que baje Dios y lo vea.

Augusto R. Zamora

Está dedicado, en la actualidad, a la investigación y al periodismo. Fue profesor de Derecho internacional público y Relaciones internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid y embajador de Nicaragua en España hasta 2013. Ha sido profesor en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua y es profesor invitado en distintas universidades de Europa y América Latina. Fue director jurídico del Ministerio del Exterior y jefe de gabinete del ministro del Exterior de 1979 hasta 1990. Formó parte del equipo negociador de Nicaragua en los procesos de paz de Contadora y Esquipulas, desde su inicio hasta la derrota electoral del sandinismo. Abogado de Nicaragua en el caso contra EEUU en la Corte Internacional de Justicia y en otros casos en este tribunal, ha participado en numerosas misiones diplomáticas y negociaciones en Naciones Unidas, la OEA y el Movimiento de Países No Alineados.

Miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, ha colaborado en los diarios El Mundo y Público en España, así como en otros medios de prensa en España e Iberoamérica desde hace dos décadas. Entre sus obras cabe destacar Actividades militares y paramilitares en y contra Nicaragua (1999), El derrumbamiento del Orden Mundial (2002), La paz burlada. Los procesos de paz de Contadora y Esquipulas (2006) y Ensayo sobre el subdesarrollo. Latinoamérica 200 años después (2008)

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