¿Cómo explicar la simultaneidad de la última insurrección nacionalista del Nuevo Mundo y la primera del continente asiático? ¿Fue casualidad? ¿Por qué se produjo, de forma masiva, durante el siglo xix la desconlonización? Benedict Anderson, profesor emérito de Estudios internacionales de la Cornell University, politólogo y ensayista de prestigio internacional, nos ofrece una respuesta contundente en su Bajo tres banderas. Anarquismo e imaginación anticolonial.
Tal y como Anderson señala en la “Introducción”, podríamos calificar el libro como un ensayo de “astronomía política. Intenta cartografiar la fuerza gravitacional del anarquismo entre nacionalismos militantes de lados opuestos del planeta”. Estudia las conexiones de los movimientos de independencia colonial, la herencia teórica y los vínculos del pensamiento y la acción en los movimientos nacionalistas y de descolonización que caracterizaron el siglo xix.
La premisa desde la que hay que leer este libro –y, nos atrevemos a decir, cualquier libro de historia– es que el intercambio de ideas forja la historia en la misma medida en que lo hace el estruendo de las armas. Por eso, para explicar esta coincidencia histórica, describe las insólitas conexiones establecidas entre la política y la cultura de finales del siglo xix a la par que examina los vínculos anudados entre militantes anarquistas de Europa y América con los levantamientos antiimperialistas acaecidos en los restos del imperio colonial español, en China o Japón. Como resultado, y apoyándose en el elaborado intercambio intelectual protagonizado por dos notables escritores filipinos –el gran novelista político José Rizal, ejecutado en 1896 por las autoridades españolas, y el innovador folclorista Isabelo de los Reyes, quien, deportado a la península y confinado en el castillo de MontJuïc, trabaría contacto con anarquistas catalanes– , Anderson entreteje una obra brillante acerca de cómo las redes globales dieron forma a los movimientos nacionalistas que marcaron toda una época y que tantas enseñanzas encierran para nuestro presente.