No cierres los ojos Akal

La I Guerra Mundial se inició en un momento crítico de la historia irlandesa, cuando Gran Bretaña iba a otorgar al país un gobierno propio.

División religiosa

En 1914, el Parlamento británico dictó una ley que daba a Irlanda una asamblea electa con poderes limitados. Fue bienvenida por los católicos irlandeses, pero no por los protestantes del Ulster, que crearon la Ulster Volunteer Force (UVF, Fuerza Voluntaria de Ulster) para combatirla. Los católicos crearon los Voluntarios Irlandeses. Cuando Gran Bretaña entró en la I Guerra Mundial, se acordó una tregua política con Irlanda y el autogobierno se difirió hasta el final de la guerra. La UVF se convirtió en la 36.ª División Ulster del ejército británico. Muchos católicos irlandeses también se unieron al ejército británico, formando parte de la 16.ª División (irlandesa)

Alzamiento de Pascua (Easter Rising)

La rebelión armada contra el gobierno británico en Irlanda atrajo escasa atención pública y fue rápidamente suprimida. La ejecución de los líderes rebeldes, no obstante, indignó a los católicos irlandeses y fortaleció la causa republicana.

Fusil de los rebeldes
Fusil de los rebeldes
En 1914, antes de la guerra, Alemania había equipado a los Voluntarios Católicos Irlandeses con fusiles Máuser, muchos usados por los rebeldes irlandeses contra soldados británicos en el Alzamiento de Pascua

La Milicia Voluntaria Irlandesa fue el reflejo de esta división, una minoría de sus miembros defendían el rechazo a la propuesta de Redmond y se preparó una futura rebelión. Además de los Voluntarios Anti-Redmond, entre otras organizaciones nacionalistas radicales estaban la clandestina Hermandad Republicana Irlandesa (IRB, Irish Republican Brotherhood), cuyo portavoz fue Patrick Pearse, y el Ejército Ciudadano, con base sindical liderada por el socialista James Connolly. Existía el acuerdo de que había que convocar un alzamiento, pero desacuerdo respecto a sus objetivos. La IRB era de la opinión de que un «glorioso fracaso» sería útil a la causa, pero otros, como el jede de filas de los Voluntarios Irlandeses Eoin MacNeill, querían obtener apoyo alemán para derrotar a los británicos.

Apoyo alemán

Roger Casement, un antiguo diplomático británico y crítico del colonialismo, se convirtió en el enlace clave de los nacionalistas irlandeses con los alemanes. Casement no consiguió encontrar reclutas para formar una brigada rebelde entre los soldados irlandeses prisioneros en campos de guerra, ni Alemania quiso enviar fuerzas para invadir Irlanda. No obstante, los alemanes sí que prometieron enviar armas a los rebeldes irlandeses. En enero de 1916, los líderes de la IRB y Connolly acordaron alzarse el domingo de pascua, 23 de abril. La IRB había ocupado posiciones clave entre los Voluntarios, pero no controlaban la organización. Su plan dependía de atraer a estos a la rebelión, ya que sus seguidores solo eran unos pocos miles, sobre todo en Dublín. MacNeill emitió una orden para que todos los Voluntarios se sumaran a un alzamiento en toda la nación.

Tal como se desarrollaron los acontecimientos, todo se fue al traste. El envío prometido de armamento alemán llegó a la costa de Kerry en el vapor SMS Aud el 20 de abril, pero no había voluntarios para encargarse de la descarga. Atrapado por la Real Marina, el Aud fue hundido para evitar su captura. Casement desembarcó en Irlanda desde un submarino alemán y fue detenido (los ingleses le ahorcaron por traidor el siguiente mes de agosto). Enfrentado a un posible fiasco, MacNeill revocó la orden de alzamiento. Pearse, Connolly y sus colegas, no obstante, decidieron seguir adelante.

El alzamiento

Los hombres del Alzamiento de Pascua
Los hombres del Alzamiento de Pascua
Retrato de los 14 rebeldes irlandeses ejecutados por tomar parte en el Alzamiento de Pascua en Dublín. El 15.º nacionalista irlandés, Thomas Kent, fue ejecutado en mayo de 1916 por matar a un policía en Cork

El lunes de Pascua, un día después de lo planeado, alrededor de 1.600 rebeldes armados tomaron el control de edificios clave en Dublín. En pie sobre la escalinata de la Oficina Central de Correos, que los rebeldes habían tomado como cuartel general, Pearse leyó una proclama en nombre del «Gobierno Provisional de la República de Irlanda». Los dublineses reaccionaron primero con desconcierto, luego siguieron los saqueos al retirarse la policía de las calles. En el resto de Irlanda hubo levantamiento aislados, pero la mayor parte de los Voluntarios siguieron la orden de MacNeill de quedarse en casa. La respuesta británica se retrasó por falta de tropas. Pocos de los soldados de las guarniciones de Dublín tenían munición para sus fusiles. El 26 de abril, llegaron refuerzos de Inglaterra. Los soldados de los Sherwood Foresters entraron en la ciudad desde el puerto de Kingstown, y se vieron sometidos al fuego de los rebeldes en el puente de Mount Street, sobre el Gran Canal. Con la orden de realizar asaltos repetitivos a través del puente, los soldados británicos sufrieron 240 bajas.

proclamación-gobierno-irlanda

El fracaso y el pelotón de fusilamiento

oficina-central-correos
Después de los combates
Los dublineses caminan entre los escombros de la Oficina Central de Correos tras la represión del Alzamiento de Pascua (Easter Rising). Cuartel general de los rebeldes, el edificio fue destruido por la artillería británica.

muertos-alzamiento-de-pascua

james connolly
Nacido y criado en Edimburgo por padres católicos irlandeses, James Connolly se trasladó a Irlanda, ocupando el cargo de secretario del Club Socialista de Dublín en 1896. Tras de una temporada en los EEUU, 1903-1906, regresó a Dublín, donde creó el Ejército Ciudadano para proteger a los sindicalistas en 1913. Se unió a los nacionalistas irlandeses en enero de 1916 y lideró el alzamiento de Pascua. Gravemente herido en combate, fue condenado a muerte por un tribunal militar británico. El 12 de mayo, fue trasladado desde el hospital en una ambulancia militar al patio de la ejecución en la cárcel de Kilmainham de Dublín. Incapaz de soportarlo, lo ataron a una silla para poder dispararle.

Los británicos sufrieron pérdidas ulteriores cuando su infantería atacó las posiciones de los rebeldes, pero el relevo británico se centró sobre todo en la artillería, que bombardeó los edificios ocupados por los rebeldes hasta hacerlos indefendibles. Forzados a abandonar el edificio de la Oficina Central de Correos el 29 de abril, Pearse dio orden de rendirse. La lucha cesó al día siguiente.

Dado que los rebeldes habían conspirado con los enemigos de Gran Bretaña durante la guerra, era inevitable que se produjera una feroz represión. Se impuso la ley marcial por orden del general sir John Maxwell, y 15 nacionalistas irlandeses fueron ejecutados a comienzos de mayo. Entre los que se enfrentaron al pelotón de fusilamiento estaban Pearse y James Connolly. Las ejecuciones escandalizaron a los católicos irlandeses y trajeron consigo un crecimiento del apoyo a los republicanos como jamás se había visto antes.

Los británicos no eran ajenos a la necesidad de reconciliación. Casi 1.500 nacionalistas encerrados en campos de internamiento tras el levantamiento fueron liberados al final del año. Se conmutaron la mayor parte de las sentencias a muerte, entre ellas las del futuro líder irlandés nacido en Norteamérica, Éamon de Valera. Aun así, la alienación de la opinión católica irlandesa habría de resultar fatal para la continuidad del dominio británico sobre Irlanda.

El Estado Libre de Irlanda

Acontecimientos políticos tras la I Guerra Mundial llevaron a la creación del Estado Libre de Irlanda en el sur, mientras que partes del norte siguieron siendo británicas.

 Michael Collins
Michael Collins

El ascenso del Sinn Fein

El Sinn Fein unió a los nacionalistas irlandeses. En las elecciones generales celebradas tras la guerra, obtuvo una victoria arrolladora en las áreas católicas e instauró un parlamento en Dublín. El brazo armado del Sinn Fein, el Irish Republican Army (IRA) liderado por Michael Collins, luchó por la independencia. En 1922, fue fundado el Estado Libre de Irlanda; Irlanda del Norte, dominada por los protestantes, permaneció como parte de Gran Bretaña.

Papel olvidado

La contribución de muchos católicos irlandeses al esfuerzo bélico cayó en el olvido. En Irlanda del Norte, el servicio de los soldados protestantes en el Somme se contrapuso a la actitud de los rebeldes católicos que habían «apuñalado a Gran Bretaña por la espalda». Este prejuicio aún perdura.

El texto y las imágenes de esta entrada son un fragmento del libro: “La I Guerra Mundial

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *