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Toporowski define “financiarización” como un cambio importante en la estructura de la actividad económica hacia la rotación del capital en los mercados financieros. Este cambio altera la estructura financiera de las empresas capitalistas, que a su vez afecta a la naturaleza y la dinámica del capitalismo. Dice Toporowski que, en general, la financiarización está definida en términos estrictamente industriales, como un aumento en la remuneración de los accionistas y en su influencia en la toma de decisiones, especialmente en aquellas relacionadas con gastos de capital. Este incremento se lleva a cabo a costa de los trabajadores, consumidores o incluso de la gestión de la empresa. El aumento de la influencia de los accionistas se identifica con un particular estilo americano o británico de capitalismo de mercado financiero, comparado con el capitalismo financiado por la banca característica de Europa central.

(…) La financiarización de la economía es definida por Carlota Pérez  como un proceso agudizado por una crisis general de la productividad conforme al agotamiento del patrón tecno-económico, el cual ha consolidado un aumento de las ganancias financieras en el PIB. Las empresas transnacionales (ETN) y la Gran Banca (BT) tienen utilidades que surgen de sus actividades fuera de las fronteras de las economías maduras. Las utilidades de éstas, por razón del outsourcing, no inciden en el crecimiento económico, en la generación de empleo o la mejora de la distribución del ingreso de dichas economías, pero sí en su cotización en Bolsa. Lo que hay es un cambio de eje entre la lógica de acumulación productiva y la lógica de acumulación financiera, donde la rentabilidad se busca en lo financiero y no en lo productivo debido a los límites tecnológicos del capital.

Dimensiones de la financiarización

El problema de la busqueda de rentabilidad en lo financiero mismo es que ésta puede ser esquiva. Finalmente, en el sector financiero, la rentabilidad es lo que se extrae de los sectores productivos y se canaliza al sector financiero. Esto ha generado un problema de concentración del ingreso en cada país, y ha generado una radicalización de los ingresos mundiales en los extremos.

Se observa asimismo que las siete economías más ricas del mundo, medido en términos del PIB per capita en PPP son todas paraísos fiscales y que su ingreso per cápita entre el inicio de la desregulación en 1980 y el 2015 creció más que para el resto del mundo. Esto indica no sólo que el capital financiero se está concentrando más, y que lo hace en los paraísos fiscales, sino que los capitales tienen una tasa de retorno mayor que el crecimiento de la economía mundial, llevando a tasas de crecimiento mayores a estos pequeños países que al resto del mundo por un proceso de concentración cada vez más acelerado. Con la globalización y la financiarización, la tasa de crecimiento mundial ha ido en descenso. Hay cuatro momentos claros dentro de una tendencia general de declinio del crecimiento: de un promedio de crecimiento del PIB de 5.4% en la década de 1960, a mediados de 1970 bajó a 3.1% con el alza del precio del petróleo y la desregulación cambiaria; se recuperó levemente a 3.4% con las reformas estructurales que desregularon del todo el sector financiero y reorientaron el crecimiento hacia las exportaciones, para luego estancarse con el inicio de la Gran Recesión a 2% en el periodo posterior a 2008.

Al contrario, con el inicio de las desregulaciones y el auge de la financiarización en algunos países que son CFE, las tasas de crecimiento han sido el doble del promedio del crecimiento mundial. Esto es cierto para Bermuda después de 1994, la Isla de Man desde 1994, Lichtenstein desde 1974, Luxemburgo desde 1994, Macao desde 1974, Qatar desde 1994, y Singapur desde los años sesenta como parte de su política industrialista en electrónica primero, y luego como CFE. Tras la crisis financiera, es evidente cómo crecen todas las CFE a tasas muy aceleradas salvo Bermuda, Lichtenstein y Luxemburgo, que se han contraído o estancado posiblemente al verse afectados por la crisis de sus clientes estadounidenses, británicos y europeos. Luxemburgo se vio afectada por los LuxLeaks, escándalo de 2011 donde se hizo público cómo las empresas trasnacionales en Europa evadían impuestos con cuentas en dicho país. Éste debe haber impactado sobre su vecino, Lichtenstein.

La financiarización globalizada funciona en los mercados mundiales las 24 horas del día mediante pequeñísimas rentabilidades por operación. Por ejemplo, normalmente las operaciones en moneda extranjera se hacen en el mercado cambiario, apostando por variaciones en los dos últimos dígitos de cuatro decimales. Así, en el mercado cambiario se cita 1USD = 19.8245 MXN. En el mercado a futuros, para que sea rentable la operación, se invierte pasando de dólares a pesos mexicanos a 19.8245, pero la operación inversa de recompra del dólar se hace necesariamente por menos, por ejemplo 19.8200 = 1USD. Esa diferencia de 0.0045 centavos de peso mexicano, menos costos de transacción, es la rentabilidad de la operación. Es decir, éstas son operaciones rápidas y frecuentes que sólo se hacen en grandes volúmenes para que el resultado sea interesante para el banco o fondo de cobertura. El margen de ganancia es tan pequeño (.0045/19.8245= 0.023%), que éstas se efectúan desde paraísos fiscales para que no les carguen ningún tipo de impuesto a las ganancias. De este modo, todas las grandes plazas financieras internacionales son zonas francas fiscales.

Fondos de cobertura, instrumentos derivados y comercio de algoritmos

Lo que ocurrió con la financiarización es que automatizó los mercados a partir de mediados de los noventa y con base en la masificación, primero, de los fondos de cobertura y de los instrumentos derivados, ambos de esa década.

Los fondos de cobertura son similares a los fondos mutuos, ambos son carteras de inversión activamente administradas en valores colocados públicamente. Tienen amplia flexibilidad en los tipos de valores en que pueden invertir nacional o internacionalmente, incluyendo todas las variantes de derivados financieros. La introducción de los instrumentos derivados como activos financieros de bajo riesgo fueron creados por Black y Scholes (1973) y se introdujeron en el mercado en la primera mitad de la década de 1990 mediante los fondos mutuos. Luego, en la segunda mitad de esa década, aumentó la velocidad con la que se efectúan dichas transacciones con la introducción de lo que se conoce como “comercio de algoritmos”.

El uso de los sistemas de comercio automático con algoritmos aceleró la velocidad de todas las operaciones financieras exponencialmente, bajo el supuesto de que el riesgo estaba siendo manejado por el modelo de los Nobel Black-Scholes [1973]. La materialización del riesgo ocurrió cuando Long-Term Capital Management, el fondo de cobertura de los premios nobel citados, fundado en 1994, quebró en 1998 siendo rescatado por el Federal Reserve Bank dado su tamaño (100,000 millones de dólares), para finalmente cerrarlo en el año 2000.

Paraísos fiscales

Ya introducidos los instrumentos derivados, los mecanismos de funcionamiento automáticos y los fondos de cobertura, se introdujo la posibilidad de efectuar estas operaciones desde centros offshore, como se refieren los centros financieros extraterritoriales (CFE), los cuales son paraísos fiscales, pero son, sobre todo, centros financieros internacionales.

Hay varias definiciones de “paraísos fiscales” y diversas ópticas, desde las criminales hasta las funcionales. En principio, una operación efectuada por un fondo de cobertura desde un centro financiero internacional es libre de impuestos. De esta forma, la Gran Banca y todo el sector bancario y no bancario internacional opera desde y hacia estos centros cuando opera en el mercado diario. En los nueve husos horarios señalados hay algún tipo de paraíso financiero que les permite operar sin impuestos. Esto implica que el intermediario financiero opera desde éstos centros a nombre de personas físicas o morales, pero que cuando estos retiren el dinero y lo ingresen en su país, deben entonces pagar impuestos. Si no lo ingresan en el país no tienen por qué hacerlo.

Estas reglas del juego, ahora a favor de la globalización financiarizada, fueron diseñadas por los ingleses antes del siglo XVI, y estuvieron orientadas a permitirle a los corsarios guardar sus botines, para seguir con su trabajo, antes de regresar a la metrópoli a canjearlos. Había pequeños territorios muy bien resguardados y con bancos donde se podía depositar valores. De esta forma hay paraísos fiscales británicos en la ruta española del siglo XVI de las Filipinas, Hong Kong y Singapur, así como en el Caribe (Bermuda, Bahamas, Islas Virgenes, Islas Caimán), en la ruta de las naves españolas de América. Finalmente están las que rodean a Gran Bretaña y a la salida del mediterráneo (Gibraltar, la Isla de Man, Guernsey y Jersey). Estos orígenes del siglo XVI se modernizaron en el siglo XX.

El contenido de esta entrada está extraído del libro “Arquitectura financiera internacional» de Oscar Ugarteche Galarza.

Arquitectura financiera internacional

arquitectura-finaciera-internacional-portadaEn economía, cuando el cuerpo de instituciones es insuficiente para resolver los problemas que surgen, dos fuerzas actúan en la generación de nuevas propuestas: el riesgo del acreedor y la incertidumbre. Con el objetivo de reducir estas variables, los acreedores han promovido la creación de organismos que inicialmente servirían como estabilizadores de la economía mundial, pero hoy se han convertido en instrumentos de política exterior, en oficinas de información sistémica.

Bajo este contexto, la presente genealogía nos permite observar, más allá del devenir histórico, que la arquitectura financiera internacional —los instrumentos, prácticas e instituciones que aseguran la estabilidad— es, en realidad, la expresión del poder político del sistema financiero: cada escenario en el que la institucionalidad pierde vigencia implica una crisis, un momento en el que se juega el liderazgo en la economía internacional y se construye una nueva comprensión, pero ésta tiene siempre a los mismos beneficiarios.

Muchos son los cambios que ha experimentado la arquitectura financiera: cambió conforme la economía pasó de ser productiva e internacional a financiera y global; mutó cuando el riesgo se eliminó de las inversiones gracias al respaldo del dinero público. Actualmente la financiarización está presente en todas partes; en la sustitución del salario por crédito de consumo, en el arbitraje de tasas de interés (que sustituyó a la oferta y la demanda de bienes), etc. Sin embargo, todo parece indicar que existe un trato preferente. Es así como se presenta un panorama que no es la foto fija de un devenir, sino el abordaje crítico en búsqueda de soluciones.

Arquitectura financiera internacional. Una genealogía (1850-2015) – Oscar Ugarteche Galarza – Akal editores


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