Todos somos capaces de imaginar y fantasear con una vida mejor, situarnos en circunstancias personales más favorables, con un trabajo perfecto y siendo más felices. Pero ¿somos capaces de imaginar un mundo mejor?, ¿podemos pensar en las características y necesidades que requerimos a nivel social para que todos alcancemos esa vida mejor? En definitiva, ¿podemos diseñar utopías?

Con la caída del muro y el desmantelamiento de la Unión Soviética se instauró el pensamiento único: nos hicieron pensar que solo había una vía posible para el desarrollo de la humanidad, es decir, el capitalismo. Pero la experiencia de los cinco últimos lustros, especialmente desde 2008, nos ha demostrado que el mundo que rueda sobre el capitalismo no es bueno: se ha generado una mayor desigualdad entre pobres y ricos (no solo económicas, sino también de poder). Por ello urge la necesidad de combatir la complacencia que domina en la actualidad y apremia pensar nuevas utopías, utopías reales.

Construyendo utopías reales, de Erik Olin Wright, nos ofrece la posibilidad de buscar alternativas al capitalismo desenfrenado, de repensar las relaciones establecidas, de reestructurar nuestro sistema de valores, de plantear objetivos factibles para una praxis desde la izquierda para salir de la limitación impuesta del pensamiento único y lograr, así, nuestra emancipación del capitalismo.