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La guerra en Ucrania no deja de ser actualidad y motivo de preocupación mundial. No sólo por lo que supone de tragedia para las víctimas directas, sino también por sus consecuencias en una carrera armamentística en Europa. Cada día que pasa observamos que este conflicto nos está amenazando a todos. Para unos porque consideran que Putin amenaza a Europa, y para otros, porque creen que nuestra implicación con el ejército de Ucrania está suponiendo una provocación peligrosa e innecesaria. 

La realidad es que el presidente francés Emmanuel Macron, en una entrevista con TF1 y France 2 declaró que el retorno de la guerra a Europa Occidental “no es una ficción, no está lejos“. Y la ministra de Defensa, Margarita Robles, señaló en una entrevista que “la amenaza es total y absoluta“. “El Gobierno está plenamente volcado en este escenario bélico”, añadió. 

El resultado es que la UE ha duplicado sus importaciones europeas de armamento. Hoy, 10 de los 22 miembros europeos de la OTAN han superado el objetivo de dedicar el 2% del PIB a gasto militar y se espera que sean 17 a finales de 2024.

Una vez más, los medios de comunicación y las noticias que nos lleguen del conflicto se limitan a partes de guerra que en nada ayuda a entender, o meros análisis interesados de quienes quieren justificar la carrera y el negocio armamentístico sembrando el miedo. Por eso, de nuevo los libros nos pueden ayudar a aportar los elementos de antecedentes y contexto para comprender lo que se está jugando en Ucrania. 

El primer libro que debemos contemplar sería el de Rafael Poch-de-Feliu, que ya antes del inicio de la guerra nos presentaba en Entender la Rusia de Putin. De la humillación al restablecimiento» la situación por la que atravesaba Rusia. 

Poch nos lleva a las raíces de la autocracia rusa, cinco o seis siglos atrás y nos recuerda el derrumbe de la URSS, sus razones, su proceso y sus consecuencias. Y así llega a la Rusia actual y a su presidente, Vladimir Putin. 

La lectura de este libro su lectura nos ayudará a comprender esa evolución. Un país donde un día, tras la caída de la Unión Soviética, los ahorros de un profesor de la Universidad, que llegaban para un retiro holgado, pasaron a valer lo que un par de zapatos. Donde el primer parlamento plenamente electo de la historia rusa se disuelve a cañonazos ante el asentimiento de la comunidad internacional por resistirse a la separación de sus repúblicas. Donde el saqueo de sus recursos naturales fue tal que tres toneladas de petróleo ruso costaban lo que una cajetilla de cigarrillos norteamericanos. Partir de todo ello nos debe servir para comprender cómo recuperar un mínimo de dignidad en el tablero internacional era fundamental para el pueblo ruso, y la garantía de apoyo para quien lo lograra.

Al poco de comenzar la guerra se publicó Prohibido dudar. Las diez semanas en que Ucrania cambió el mundo”, del periodista Pascual Serrano. Aquí se repasa todo lo que creíamos seguro y se ha desmantelado con las sanciones occidentales a Rusia. Desde las relaciones comerciales hasta las culturales y políticas. Si antes EEUU y la UE eran los más apasionados defensores del mercado global, ahora la estructura financiera y comercial mundial es dinamitada para dañar a Rusia. Y algo parecido sucedía a la libertad de expresión, que desapareció cuando la Comisión Europea prohibió los medios rusos. O con las medidas ecologistas, que terminaron arrolladas por las sanciones a Rusia. 

El tiempo ha dado la razón a este trabajo, que ya anunciaba el fracaso de las sanciones y el sufrimiento de la economía europea a costa del negocio de las armas y de la energía de Estados Unidos. 

El especialista en relaciones internacionales Augusto Zamora añade un marco geopolítico mayor a la crisis en su obra “De Ucrania al mar de la China”. Su tesis es que el orden nacido de la Segunda Guerra Mundial ha sido sobradamente superado. La geoestrategia de EEUU para mantener su hegemonía en el mundo pasa por dividir a la humanidad en dos bloques hostiles: de una parte, EEUU y sus aliados; de otra, Rusia y China y los suyos. 

Ucrania sería apenas la antesala del gran conflicto que se está gestando en el mar de la China meridional. “La cuestión de Ucrania -dice Zamora- ha generado una reacción tan virulenta y ciega en el mundo atlantista porque Rusia ha derrumbado un proyecto geoestratégico entendido como fundamental por EEUU y sus aliados, y eso resulta absolutamente imperdonable”.

Y continúa: “El proyecto era convertir a Ucrania en la punta de lanza de la OTAN de cara a la pugna creciente entre quienes quieren mantener el orden nacido de la Segunda Guerra Mundial, basado en la hegemonía de EEUU, y quienes quieren establecer un nuevo orden, multipolar, de reglas nuevas con una Organización de Derechos Humanos adaptada a los nuevos hechos. Rusia y China encabezan el movimiento del cambio y es dentro de ese escenario que deben verse la crisis de Ucrania y otras que irán llegando”. Las tesis de Zamora las complementa en otros libros suyos como “Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos” y “Réquiem polifónico por Occidente”.

Por último tenemos “La trampa ucraniana. El relato occidental a examen», éste escrito por un militar, el ex teniente de las Fuerzas Armadas españolas Luis Gonzalo Segura. Este militar nos hace un análisis del funcionamiento y modus operandi de la OTAN, la denuncia de la campaña publicitaria para promover más armamento en nombre del peligro que supone Putin, una iluminadora comparación con otras campañas militares, especialmente, la de Afganistán y la de Vietnam y, sobre todo, las razones e intereses que muchos tenían en llevarnos aquí, el cui prodest del Derecho Romano.

Luis Gonzalo también nos aporta claves militares para comprender el desarrollo de esta guerra. Por ejemplo nos explica que, en una guerra, el ratio de militares que realizan acciones bélicas es bajo, uno de cada cinco o de cada diez. Solo ese uno es el que pertenece directamente al ejército ucraniano, todos los demás que participan pueden estar perfectamente proporcionados por Estados Unidos y la OTAN, lo que mostraría claramente que estamos en guerra contra Rusia. 

Otro mantra que no dejamos de escuchar es la amenaza de Rusia sobre Europa, incluso de que Putin quiere llegar hasta Lisboa. También aquí Luis Gonzalo proporciona datos de importancia militar. Su pregunta es la siguiente: “¿cómo se puede sostener que un país que tiene ocho veces menos PIB que Europa, menos de un tercio de la población, menos de un tercio de gastos militar y poco más de la mitad de los soldados que una coalición como la europea, pretende, no ya solo sostener un coflicto militar , sino invadir y anexionarse territorio?”. Y todo eso sin ayuda de Estados Unidos.  Pero ese discurso imaginario de amenaza rusa no solo sirve para meternos en esta guerra, sino para justificar todavía más gasto militar a pesar de que, insistimos, tenemos el triple gasto que Rusia. De hecho solamante España, “con el prometido aumento de presupuesto podría alcanzar un gasto militar cercano al ruso”.  

Como pueden apreciar, la oferta para informarnos de Rusia, Ucrania, el conflicto y todos los elementos -locales y globales- que ahí inciden es amplia. En unos tiempos en los que nuestros gobernantes nos amenazan con guerra, nosotros preferimos amenazar con libros e información. 

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