La prueba de que los buenos clásicos siempre están vigentes la estamos teniendo estos días en una película que se estrenó mundialmente en el Festival de Cine de Cannes el 22 de mayo de 2024, donde fue Palma de Oro, además fue nominada a mejor película europea en los Premios Goya 2025 y recibió otras 14 nominaciones a los premios César, el equivalente francés de nuestros Goya y los Oscar estadounidenses.
Se trata de El Conde de Montecristo, una novela que es considerada como la mejor obra literaria de Alejandro Dumas y se califica popularmente como una novela de aventuras.
El libro se terminó de escribir en 1844 y fue editado en una serie (folletín) de 18 tomos durante los dos años siguientes (1845-1846).
Si hubiera que resumir su trama en pocas palabras diríamos que es la historia de una venganza.
Edmond Dantès es un joven marino que, en el día de su compromiso con la bella Mercedes, es víctima de un complot por el que acabarça y encarcelado en el castillo de If, de donde no deberá salir jamás. Gracias al abate Faria, a quien conoce en la prisión, adquiere una educación elevada y averigua la existencia de un maravilloso tesoro escondido en la isla de Montecristo. Fingiendo su muerte, logra escapar de la fortaleza y se enrola con unos piratas en busca de la fabulosa fortuna. Su siguiente objetivo será llevar a cabo la más despiadada venganza nunca imaginada.
Leyendo la obra se descubrirá que llamarla historia de una venganza es quedarse corto, es mucho más. Es una introspección en la naturaleza humana, un recorrido histórico por la primera mitad del siglo XIX francés, una historia de amor y una historia de conspiraciones.

El Conde de Montecristo forma parte de la colección Clásicos de la Literatura de Akal, en total una cuarentena de volúmenes entre los que se encuentran autores como Émile Zola, Jack London, Virginia Woolf, Charles Baudelaire, Fiódor M. Dostoievski, Edgar Allan Poe entre otros.
Por supuesto, muchas de estas obras se han llevado al cine, pero seguro que en el futuro seguirán apareciendo nuevas películas basadas en estas novelas. Mi recomendación es que no espere a entonces para conocerlas. En esos libros usted ya puede “ver” todo lo que proyectarán en la pantalla cuando estrenen esas películas.
Y si ya están estrenadas, como El Conde de Montecristo, no hagan caso al clásico comentario malicioso de por qué leerlo si ya está en película. En los libros se pueden “ver” muchas más cosas que en el cine.